
Propongo una mirada gestáltica al simbolismo astrológico, haciendo de la astrología un campo en el que explorar las dimensiones de tu experiencia, intrapersonal y vincular.
Fractales del universo
Una de las premisas fundamentales de la astrología es: como es arriba, es abajo; como es adentro, es afuera. Aunque nos percibamos como seres únicos y diferenciados, somos expresiones de una inteligencia común. Todo en la naturaleza es un reflejo de las fuerzas que rigen el universo, porque todo está interconectado.
Esta mirada nos invita a reconocernos como parte de una inteligencia orgánica. Y así como la naturaleza se autorregula y funciona por sí sola, también el ser humano posee esta capacidad innata, pues somos una expresión más de la vida natural. Comprender esto es confiar en que, en lugar de buscar respuestas fuera, podemos encontrar dentro de nosotros la sabiduría necesaria para dar espacio y sostener nuestra existencia, ya que estamos en sintonía con el universo que nos rodea.
Observación, no predicción
A menudo, la gente recurre a la astrología con la intención de anticipar lo que le va a pasar, buscando certezas externas que le permita prepararse para lo que vendrá, temiendo al futuro. Sin embargo, esta visión aparta la mirada del presente, que es el lugar donde estamos realmente. Observar lo que nos sucede ante lo que acontece —arriba en el cielo y abajo en la Tierra, dentro y fuera de nosotros—, es mucho más revelador y útil.
Más que ofrecer certezas, la astrología nos invita a cultivar una percepción simbólica de la existencia y su misterio. Los movimientos de los cuerpos celestes no dictan lo que nos pasará, sino que son un reflejo de los nuestros propios, internos y externos. Observarlos con atención nos ayuda a situarnos con mayor claridad en el fluir de la vida. Así pues, la astrología nos invita a habitar el presente con mayor conciencia y responsabilidad, reconociendo que lo que vivimos forma parte de un proceso mayor.
Símbolo y resonancia
La profundidad del simbolismo astrológico es tan vasta como el propio universo. Cada símbolo encierra múltiples capas de sentido y su significado no es fijo, sino que se despliega según la resonancia de quien lo observa. Lo verdaderamente revelador no es lo que el símbolo "quiere decir", sino lo que despierta en nuestro interior cuando lo contemplamos desde nuestra experiencia.
Por eso, mi enfoque no consiste en decirte quién eres ni en interpretar tu carta como si fuera un diagnóstico cerrado, sino en acompañarte a que explores cómo se manifiesta tu código natal en ti, en tus vínculos y en tu manera de estar en el mundo. Combinar la astrología y la Gestalt nos permite comprender que el verdadero autoconocimiento no resulta solo del análisis simbólico, sino de lo que ese símbolo ilumina en nuestra conciencia cuando lo miramos desde lo que somos, aquí y ahora.